Leyenda de Maratón
En la ciudad griega de Atenas, las mujeres esperaban saber si sus maridos salían
victoriosos o derrotados por los persas en la batalla en la llanura de
Maratón (lugar ubicado aproximadamente a 42 km) debido que sus
enemigos persas habían jurado que tras vencer a los griegos irían a Atenas a
saquear la ciudad, y sacrificar a los niños.
Al conocer esto, los griegos decidieron que si las
mujeres de Atenas no recibían la noticia de la victoria griega antes de 24
horas, coincidiendo con la puesta del Sol, serían ellas mismas quienes matarían
a sus hijos y se suicidarían a continuación. Los griegos ganaron la batalla,
pero les llevó más tiempo del esperado, así que corrían el riesgo de que sus
mujeres, por ignorarlo, ejecutasen el plan y matasen a los niños y se
suicidasen después.
El general ateniense Milcíades el Joven
decidió enviar un mensajero a dar la noticia a la polis
griega. Y aquí se mezcla la historia con la leyenda: Filípides, además de haber
estado combatiendo un día entero, tuvo que recorrer una distancia de entre 30 y
35 km para dar la noticia, puesto que la ciudad de Maratón está al noroeste de
Atenas, a no mucha distancia. Tomó tanto empeño en llegar a su destino a la
mayor brevedad que, cuando llegó, cayó agotado y antes de morir sólo pudo decir
una palabra: "νίκη" ( -Níki- victoria en griego antiguo).
Otra versión nos la da el historiador Heródoto. Según él, Filípides fue enviado hacia
Esparta para pedir asistencia militar y poder repeler la invasión de los persas,
quienes estaban avanzando hacia Maratón. Según Heródoto, Filípides corrió desde
Atenas a Esparta en dos días, recorriendo 240 km. Los fundadores del C.O.I.
tomaron la primera versión y fijaron la distancia de la carrera en 40 km,
aunque existe una carrera anual en homenaje a esta gesta denominada Espartatlón
(Spartathlon), que recorre la distancia desde Atenas a Esparta.2 Pero no hay
evidencia alguna de que en el mundo antiguo hubiera existido una competencia
parecida al maratón moderno.3
De todos modos, dentro de la
falange tebana actuaba un famoso cuerpo que a pasado a la historia. Era el
Batallón Sagrado (hieros lochos) que comprendía 300 jóvenes hoplitas
escogidos, quienes combatían por parejas. Este selecto cuerpo fue organizado
por Górgidas en el 378 o en el 377 a.C. y estuvo, en todo caso, listo para
entrar en acción en la primavera del 376 a.C. Varios autores antiguos coinciden
en destacar los vínculos homosexuales que unían entre sí a los miembros del
Batallón Sagrado, una homosexualidad que les impediría cometer en el campo de
batalla, delante de su amado, un acto tachado de vergonzoso. Cada guerrero se
esforzaría todo lo posible por defender a su compañero, por mostrarse valeroso
y no deshonrarlo con su cobardía, jurándose lealtad, fidelidad y también se esforzaría por mantenerse con
vida él mismo como es natural.
Puede
sorprender, aún en la Grecia clásica, el ver un batallón compuesto exclusivamente
por soldados homosexuales, quienes
vencieron incluso a los más rudos lacedemonios. Pero es que el sistema del
agrupamiento por parejas se mostró tremendamente efectivo y la propia
legislación tebana legitimaba, protegía y potenciaba este tipo de vínculos
homosexuales que debían estar muy extendidos en la ciudad. Tebas exigía de los soldados de este batallón una dedicación total al
ejército, del cual ellos eran la élite. Se trataba de un cuerpo
profesionalizado mantenido a sueldo por el Estado, que en tiempo de paz
guarnecía la ciudadela de la Cadmea y en época de guerra ocupaba la vanguardia
del ejército. En la primavera del 375 a.C. el Batallón Sagrado se cubrió de
gloria en Tegira, al destrozar dos moras lacedemonias, y es aquí donde,
actuando como un grupo compacto, mostró su capacidad de penetración en la
falange contraria. Después se convirtió en una pieza básica del orden oblicuo
de Epaminondas transformándose en su principal brazo ejecutor, al formar en el
ala izquierda de la falange tebana.
Heródoto escribió que Filípides recorrió los 246 km
que separaban a Atenas de Esparta en 2 días. Lo escribió 30 a 40 años después
por lo que es bastante probable que Filípides sea una figura histórica. Pero el
primer relato escrito conocido sobre una carrera de Maratón a Atenas es del
escritor griego Plutarco (46-120), en su ensayo A la gloria de Atenas, donde
atribuye la carrera a un heraldo llamado Thersippus o Eukles, no Filípides.
Luciano, un siglo después, lo atribuye a Filípides. Parece probable que, en los
500 años transcurridos desde la época de Heródoto a la de Plutarco, se haya
confundido la historia de Filípides con la de la Batalla de Maratón, y que
algún escritor imaginativo haya inventado la historia de la carrera de Maratón
a Atenas. Al parecer Filípides no hizo el recorrido Maratón-Atenas (42 km) pero
seguramente si hizo la de Atenas-Esparta (246 km).
Muchos creen que sólo por Filípides el maratón
recibió su nombre, pero eso es incorrecto, ya que en general los soldados
griegos eran excelentes corredores y tras la batalla de Maratón todo el
ejército ateniense debió correr la distancia Maratón-Atenas para llegar a la
costa de su indefensa ciudad antes que los barcos persas. Cuando los persas
llegaron no podían creer la increíble fortaleza de estos soldados y abandonaron
sus intentos de conquista. Así pues, la proeza de la carrera de Maratón a
Atenas debería atribuirse antes al atlético ejército ateniense que corrió a
toda prisa, para defender su distante ciudad que a un Filípides que posiblemente no estuvo allí; y si estuvo, corrió
junto con los demás.
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