martes, 5 de julio de 2011

"PSICOSIS DELIRANTES CRONICAS"

En principio diremos que las "psicosis delirantes crónicas" pueden clasificarse en dos grandes grupos:
1) Las no deficitarias:
- Paranoia
- Parafrenia.
2) Las deficitarias:
- Esquizofrenia paranoide.
PARANOIA (Psicosis interpretativa):
Es una psicosis crónica no deficitaria, es decir que tras cada nuevo delirio no hay un deterioro neuronal. Los delirios en esta forma de psicosis son bien sistematizados, por lo que parecen coherentes y resultan creíbles. En estas psicosis el delirio tiene lógica, está organizado, es sistemático. Podemos decir que es un delirio seudorazonante. El delirio aquí no cesa de organizarse o sistematizarse. Tiene un solo núcleo (idea principal) sobre el cual se articulan las demás ideas. El delirio se gesta en base a la vigilancia que hace el sujeto del medio. Hay un falso reconocimiento e ilusión, es decir que se da una mala interpretación de los hechos reales. Pero No hay alucinaciones. En la paranoia, lo que va a estar en juego tiene que ver con el saber. El paranoico organiza una lengua propia entorno a una patología de la creencia. Todo le hace signo en torno a su monomanía, es decir que todo lo que percibe lo lleva a confirmar su delirio. Y el delirio en la paranoia es sobre todo de tipo persecutorio.
Los delirios en la paranoia pueden ser:
• Delirios pasionales:
§ Celotípicos: Es un delirio de infidelidad y rivalidad.
El sujeto está seguro de que se le está siendo infiel, que el otro lo traiciona. Y proyecta
en el rival todo el odio y el resentimiento acumulado.
§ Erotomaníacos: Ilusión delirante de ser amado. El sujeto se cree ser el objeto amado de alguien que, por lo general, pertenece a un rango social superior (artistas, nobles, gente adinerada o poderosa, famosos, etc.). El delirio suele terminar con una fase de rencor y de agresiones hacia ese objeto.

• Delirios de reivindicación: Sus temas centrales se asocian a la búsqueda de justicia, de amparo, de reconocimiento. Los sujetos suelen volverse tercos, suelen empecinarse en lograr el objetivo buscado, están gobernados por un Superyo inflexible.
§ Querellante: Persiguen la defensa de su honor, de sus derechos o de su propiedad. Acumulan procesos judiciales. Buscan reivindicaciones por lo general irrisorias. Desean el triunfo de una venganza, acumulando sentimientos de odio. Creen que todo el mundo está en su contra. En ocasiones estos sujetos pueden llegar a asesinar como una forma de hacer justicia.
§ Inventores: Demandan por el plagio de alguna creación que según ellos les pertenece. Guardan en secreto sus supuestos inventos o descubrimientos, y se quejan de ser desposeídos de sus derechos o de la patente del invento. Viven tomando precauciones para preservar sus inventos y no ser desposeídos.
§ Apasionados idealistas: Sueñan con mejorar sistemas, con reformar el mundo, con ideas sociales en relación al mundo. A veces llegan a instrumentar campañas publicitarias  con panfletos.
• Delirio de interpretación (de Serieux Capgras): Es una locura razonante, obedece a una manía de explicarlo todo, de descifrarlo todo. Falsifican en todo o en parte la realidad, de acuerdo a las percepciones o los recuerdos. Pueden ser interpretaciones en  base a los sentidos (por ejemplo: me saludo de tal forma, lo que significará tal otra). La temática delirante suele construirse sobre temas policiales o de conspiración familiar, etc.
PARAFRENIA (Psicosis imaginativa):
También llamada psicosis fantástica, por el carácter fantasioso del delirio. Tiene una base mitomaníaca. Al igual que la paranoia, también es no deficitaria. Pero el delirio aquí es florido, pierde lógica. Es un delirio caótico, no sistematizado. Lo alucinatorio aparece como sistematizado. Hay riqueza imaginativa, las ficciones son ricas. La parafrenia se asienta en personalidades mitomaniacas. La base es la imaginación. Aparece una yuxtaposición entre lo real y lo imaginario. A diferencia de la paranoia, acá sí hay alucinaciones. El delirio es no sistematizado, y no es deficitaria. A pesar de las ricas ficciones tan imaginativas, el parafrénico esta bien adaptado a la realidad. El comienzo es lento y progresivo. En el periodo de estado, pueden aparecer alucinaciones, fabulaciones e ilusiones delirantes. La fabulación absorbe las alucinaciones (alucina pero rápidamente fábula). Es como si el pensamiento mágico apareciera desbocado. Es un pensamiento mágico desbocado, que imagina sin preocuparse de verosimilitud. La fábula se desarrolla fuera de todo entendimiento. El espacio y el tiempo pueden estar adaptados a la fantasmagoría. Pueden aparecer mitos de creación o metamorfosis corporal. Aparecen producciones místicas, todo asentado sobre un fondo mitomaníaco. El delirio puede mostrarse en prolijos escritos. En el parafrénico hay megalomanía (característica que la diferencia de la esquizofrenia paranoide). Hay integración paradójica entre la temática delirante y la adaptación al mundo. Es decir que contrasta lo fantástico del delirio con la correcta adaptación del sujeto a la realidad. Hay una especie de diplopía entre un Yo metamorfoseado al delirio y su adaptación a su verdad histórica y a su realidad cotidiana. Se conserva la capacidad intelectual y la memoria. En la paranoia hay monomanía, hay un solo núcleo (una idea delirante en torno a lo cual gira todo). En la parafrenia, en cambio, hay varios núcleos.
ESQUIZOFRENIA PARANOIDE:
Henri Ey definía a la esquizofrenia como una psicosis crónica que altera profundamente la personalidad y que debe ser considerada como una especie dentro de su género (el de las psicosis delirantes crónicas). Se caracteriza por una transformación profunda y progresiva de la persona, quien cesa de construir su mundo en comunicación con los demás, para perderse en un pensamiento autístico (es decir en un caos imaginario). A diferencia de la Paranoia y la parafrenia, encontramos que la esquizofrenia es una forma de psicosis deficitaria, es decir que tras cada brote hay una pérdida neuronal importante por lo cual el sujeto cada vez está peor. El inicio de la enfermedad puede ser insidioso o brusco, pero en la mayoría de los casos se van presentando los signos y síntomas en forma lenta y gradual. Algunos de estos signos y síntomas en el inicio son: aislamiento social, pérdida de interés en el trabajo o estudio, deterioro de la higiene y el aseo, comportamiento extraño, explosiones de ira. A la familia le es difícil explicar ese comportamiento, pero creen que es algo pasajero. Cambian de opinión cuando empiezan a notar que el enfermo tiene alucinaciones, delirios, conductas agresivas o destructivas. En la esquizofrenia, la vida psíquica va perdiendo unidad, se va disociando y se vive en dos mundos a la vez. La esquizofrenia se caracteriza por distorsiones de la percepción, del pensamiento y de las emociones. El enfermo cree que sus pensamientos, sentimientos y actos más íntimos son conocidos o compartidos por otros. El enfermo se cree el centro de todo lo que sucede. Son frecuentes las alucinaciones, especialmente las auditivas (que pueden comentar la propia conducta o los pensamientos propios del enfermo. Los colores o sonidos pueden percibirse con sus características alteradas. Las situaciones cotidianas tienen un significado especial, por lo general siniestro y dirigido en contra del enfermo. Él mismo siente que va perdiendo todo, su cuerpo comienza a transformarse y se deshace, pierde sus propias ideas y pensamientos, se siente asechado por voces que lo manejan. Entre un 25% y un 5º% de los enfermos intenta suicidarse, y un 10% lo consiguen. En Los esquizofrénicos, suele mantenerse normal la memoria, la atención, la orientación y la inteligencia. Básicamente diremos que entre los síntomas más comunes de la esquizofrenia paranoide encontramos: delirios persecutorios, pensamiento disgregado, habla pobre, ausencia de sentimientos apropiados, aislamiento social, incapacidad para funcionar en el hogar, trabajo, escuela, falta de interés y de iniciativa, falta de energía, problemas con la higiene personal, comportamiento extraño, sentidos exagerados, mecerse, comportarse de manera desorganizada, fuerte depresión o ansiedad o ira, sentimientos de no realidad, inquietudes excesivas acerca del cuerpo, etc.

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