EL
SÍNDROME DEL BURNOUT EN LAS EMPRESAS
CONFERENCIA EN DIPLOMATURA EN SALUD OCUPACIONAL
ABRIL DE 2014
La
gran competitividad e inseguridad laboral así como las exigencias del medio,
los cambios trascendentales en los enfoques de la vida y las costumbres,
condicionan un ritmo vertiginoso, que genera angustia, agotamiento emocional,
trastornos en los ritmos de alimentación, actividad física y descanso, con
dolencias físicas, psíquicas y factores de riesgo en la salud de los individuos
del nuevo milenio.
El
Síndrome de Burnout, también conocido como síndrome de aniquilamiento, síndrome
de estar quemado, síndrome de desmoralización o síndrome de agotamiento
emocional o profesional es considerado por la Organización Mundial de la Salud
como una enfermedad laboral que provoca detrimento en la salud física y mental
de los individuos.
Herbert
Freudenberger en 1974 introdujo el concepto de Burnout describiéndolo como una
“sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una
sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual
del trabajador”.
Pines
y Kafry en 1978, por su parte definieron el burnout como una “experiencia
general de agotamiento físico, emocional y actitudinal.”
Edelwich
y Brodsky en 1980 lo definen como “una pérdida progresiva del idealismo,
energía, y motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como
resultado de las condiciones de trabajo”.
En
1981, Maslach y Jackson definieron el concepto desde una perspectiva
tridimensional caracterizada por:
• Agotamiento emocional. Se define como cansancio y
fatiga física, psíquica o como una combinación de ambos. Es la sensación de no
poder dar más de sí mismo a los demás.
• Despersonalización. Es la segunda dimensión y se
entiende como el desarrollo de sentimientos, actitudes, y respuestas negativas,
distantes y frías hacia otras personas, especialmente hacia los clientes,
pacientes, usuarios, etc. Se acompaña de un incremento en la irritabilidad y
una pérdida de motivación. El sujeto trata de distanciarse no sólo de las
personas destinatarias de su trabajo sino también de los miembros del equipo
con los que trabaja, mostrándose cínico, irritable, irónico e incluso
utilizando a veces etiquetas despectivas para referirse a los usuarios,
clientes o pacientes tratando de hacerles culpables de sus frustraciones y
descenso del rendimiento laboral.
• Sentimiento de bajo logro o realización profesional
y/o personal. Surge cuando se verifica que las demandas que se le hacen exceden
su capacidad para atenderlas de forma competente. Supone respuestas negativas
hacia uno mismo y hacia su trabajo, evitación de las relaciones personales y
profesionales, bajo rendimiento laboral, incapacidad para soportar la presión y
una baja autoestima. La falta de logro personal en el trabajo se caracteriza
por una dolorosa desilusión y fracaso al darle sentido a la actividad laboral.
Se experimentan sentimientos de fracaso personal (falta de competencia, de
esfuerzo o conocimientos), carencias de expectativas y horizontes en el trabajo
y una insatisfacción
generalizada. Como consecuencia se da la
impuntualidad, la evitación del trabajo, el ausentismo y el abandono de la
profesión, son síntomas habituales y típicos de esta patología laboral.
Pines,
Aronson y Kafry sugieren que este síndrome se debe a “un agotamiento físico,
emocional y mental causado por que la persona se encuentra implicada durante
largos periodos de tiempo a situaciones que le afectan emocionalmente”.
Aunque
no existe una definición unánimemente aceptada sobre burnout, parece haber
consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una
experiencia subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones
nocivas para la persona y la organización y generalmente se produce
principalmente en el marco laboral de las profesiones que se centran en la prestación
de servicios y atención al público: Médicos, enfermeras, profesores,
psicólogos, trabajadores sociales, vendedores, personal de atención al público,
policías, cuidadores, etc. Recientemente se ha hablado de “estudiantes
quemados”, principalmente en los universitarios que están en los últimos años
de carrera.
La
lista de síntomas psicológicos que puede originar este síndrome es extensa,
pudiendo ser leves, moderados, graves o extremos.
Uno
de los primero síntomas de carácter leve pero que sirven como señal de alarma
es la dificultad para levantarse por la mañana o el cansancio patológico, en un
nivel moderado se presenta distanciamiento, irritabilidad, cinismo, fatiga,
aburrimiento, progresiva perdida del idealismo que convierten al individuo en
emocionalmente exhausto con sentimientos de frustración, incompetencia, culpa y
autovaloración negativa. Los graves se expresan en el abuso de psicofármacos,
ausentismo, abuso de alcohol y drogas, entre otros síntomas.
Síntomas emocionales
|
Síntomas conductuales
|
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• Fatiga crónica
• Dolores de cabeza
• Dolores musculares (cuello,
espalda)
• Insomnio
• Pérdida de peso
• Ulceras y desórdenes
gastrointestinales
• Dolores en el pecho
• Palpitaciones.
• Hipertensión.
• Crisis asmática.
• Resfriados frecuentes.
• Aparición de alergias.
|
• Irritabilidad
• Ansiedad generalizada y
focalizada en el trabajo
• Depresión
• Frustración
• Aburrimiento
• Distanciamiento afectivo
• Impaciencia
• Desorientación
• Sentimientos de soledad y
vacío
• Impotencia.
• Sentimientos de
omnipresencia.
|
• Cinismo.
• No hablan.
• Apatía.
• Hostilidad.
• Suspicacia.
• Sarcasmo
• Pesimismo
• Ausentismo laboral
•
Abuso en el café, tabaco. alcohol, fármacos, etc.
• Relaciones interpersonales
distantes y frías
• Tono de voz elevado (gritos
frecuentes)
• Llanto inespecífico
• Dificultad de concentración
• Disminución del contacto
con el público / clientes / pacientes
• Incremento de los
conflictos con compañeros
• Disminución de la calidad
del servicio prestado
• Agresividad.
• Cambios bruscos de humor.
• Irritabilidad.
• Aislamiento.
• Enfado frecuente.
|
Es la repetición de los factores
estresantes lo que conforma el cuadro de crónico, que genera baja de la
autoestima, un estado de frustración agobiante con melancolía y tristeza,
sentimientos de impotencia, pérdida, fracaso, estados de neurosis, en algunos
caso psicosis con angustia y/o depresión e impresión de que la vida no vale la
pena, llegando en los casos extremos a ideas francas de suicidio.
El Síndrome del Burnout es un proceso,
más que un estado y se han podido establecer 4 estadios de evolución de la
enfermedad aunque éstos no siempre están bien definidos:
Forma leve: los afectados presentan
síntomas físicos, vagos e inespecíficos (cefaleas, dolores de espaldas, lumbalgias),
el afectado se vuelve poco operativo.
Forma moderada: aparece insomnio,
déficit atencional y en la concentración, tendencia a la auto-medicación.
Forma grave: mayor en ausentismo,
aversión por la tarea, cinismo. Abuso de alcohol y psicofármacos.
Forma extrema: aislamiento, crisis
existencial, depresión crónica y riesgo de suicidio.
El diagnóstico se establece a
través de la presencia de la tríada sintomatología constituida por el cansancio
emocional, la despersonalización y la falta de realización personal, elementos
que pueden se evalúan a través del MBI (Maslach Burnout Inventory).
El diagnóstico diferencial debe
realizarse con el síndrome depresivo, el síndrome de fatiga crónica y los
sucesos de crisis.
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL
DESARROLLO DEL BURNOUT.
Los factores que más se han
estudiado como variables que intervienen en el desarrollo del síndrome de
Burnout son:
Características del puesto y el
ambiente de trabajo: La empresa es la que debe organizar el trabajo y
controlar el desarrollo del mismo. Corresponde a ella la formación del
empleado, delimitar y dejar bien claro el organigrama para que no surjan
conflictos, especificar horarios, turnos de vacaciones, etc. Debe funcionar
como sostén de los empleados y no como elemento de pura presión. La mayor causa
de estrés es un ambiente de trabajo tenso. Ocurre cuando el modelo laboral es
muy autoritario y no hay oportunidad de intervenir en las decisiones. La
atmósfera se tensa y comienza la hostilidad entre el grupo de trabajadores.
Según los expertos, el sentimiento de equipo es indispensable para evitar el
síndrome.
•
Los turnos laborales y el horario de trabajo, para algunos autores, el
trabajo por turnos y el nocturno facilita la presencia del síndrome. Las
influencias son biológicas y emocionales debido a las alteraciones de los
ritmos cardiacos, del ciclo sueño-vigilia, de los patrones de temperatura
corporal y del ritmo de excreción de adrenalina.
•
La seguridad y estabilidad en el puesto, en épocas de crisis de empleo,
afecta a un porcentaje importante de personas, en especial a los grupos de alto
riesgo de desempleo (jóvenes, mujeres, los personas de más de 45 años).
•
La antigüedad profesional, aunque no existe un acuerdo claro de la
influencia de esta variable, algunos autores han encontrado una relación
positiva con el síndrome manifestada en dos períodos, correspondientes a los
dos primeros años de carrera profesional y los mayores de 10 años de
experiencia, como los momentos en los que se produce un mayor nivel de
asociación con el síndrome.
•
El progreso excesivo o el escaso, así como los cambios imprevistos y no
deseados son fuente de estar quemado y en tensión. El grado en que un cambio
resulta estresante depende de su magnitud, del momento en que se presenta y del
nivel de incongruencia con respecto a las expectativas personales.
•
La incorporación de nuevas tecnologías en las organizaciones, suelen
producir transformaciones en las tareas y puestos de trabajo, que incluyen
cambios en los sistemas de trabajo, en la supervisión y en las estructuras y
formas organizativas. Las demandas que plantean las nuevas tecnologías sobre
los trabajadores, generan escenarios con multiplicidad de factores y
estresores, entre los cuales se puede mencionar: la necesidad de capacitación,
miedo a ser desincorporado, incremento de control y monitorización del
desempeño, aspectos relacionados con la seguridad, reducción de la interacción
psicosocial directa, posibilidades de aislamiento en el puesto de trabajo, así
como los cambios de roles en el sistema organizacional.
•
La estructura y el clima organizacional, cuanto más centralizada sea la
organización en la toma de decisiones, cuanto más compleja (muchos niveles
jerárquicos), cuanto mayor es el nivel jerárquico de un trabajador, cuanto
mayores sean los requerimientos de formalización de operaciones y
procedimientos, mayor será la posibilidad de que se presente el síndrome de
Burnout.
•
Oportunidad para el control, una característica que puede producir
equilibrio psicológico o degenerar en Burnout, es el grado en que un ambiente
laboral permite al individuo controlar las actividades a realizar y los
acontecimientos.
•
Retroalimentación de la propia tarea, la información retroalimentada
sobre las propias acciones y sus resultados es, dentro de ciertos límites, un
aspecto valorado por las personas en el marco laboral. La retroalimentación o
feedback de la tarea, ha sido definido como el grado en que la realización de
las actividades requeridas por el puesto proporciona a la persona información
clara y directa sobre la eficacia de su desempeño. La investigación realizada
al respecto muestra por lo general que los trabajadores que ocupan puestos con
esta característica presentan mayores niveles de satisfacción y de motivación
intrínseca, y niveles más bajos de agotamiento emocional que aquellos que
ocupan puestos en donde esta retroalimentación falta o es insuficiente.
•
Las relaciones interpersonales, son de forma habitual valoradas en
términos positivos. Diversos teóricos de la motivación han señalado que la
afiliación es uno de los motivos básicos de la persona. Los ambientes de
trabajo que promueven el contacto con la gente serán, por lo general, más
beneficiosos que aquellos que lo impiden o lo dificultan. De hecho, las
oportunidades de relación con otros en el trabajo es una variable que aparece
relacionada con la satisfacción. Esto no significa que las relaciones
interpersonales en el trabajo siempre resulten positivas, con cierta frecuencia
se traducen en uno de los desencadenantes más severos e importantes, sobretodo
cuando son relaciones basadas en desconfianza, sin apoyo, poco cooperativas y
destructivas lo que produce elevados niveles de tensión entre los miembros de
un grupo u organización.
•
También el salario ha sido invocado como otro factor que afectaría al
desarrollo de Burnout en los trabajadores, aunque no queda claro en la
literatura.
•
La estrategia empresarial puede causar el burnout: empresas con una
estrategia de minimización de costos en las que se reduce personal ampliando
las funciones y responsabilidades de los trabajadores; aquéllas que no gastan
en capacitación y desarrollo de personal, aquéllas en las que no se hacen
inversiones en equipo y material de trabajo para que el personal desarrolle
adecuadamente sus funciones, limitan los descansos, etc.
Factores
personales:
•
El deseo de destacar y obtener resultados brillantes
•
Un alto grado de autoexigencia
•
Baja tolerancia al fracaso
•
Perfeccionismo extremo
•
Necesitan controlarlo todo en todo momento,
•
Sentimiento de indispensabilidad laboral
•
Son muy ambiciosos.
•
Dificultad para conocer y expresar sus emociones.
•
Impacientes y competitivos por lo que les es difícil trabajar en grupo.
•
Gran implicación en el trabajo
•
Pocos intereses y relaciones personales al margen del trabajo.
•
Idealismo
•
Sensibilidad
Todo esto se acentúa si:
•
No tiene una preparación adecuada para enfrentar las expectativas
organizacionales en relación al trabajo.
•
Si tiene dificultades para pedir ayuda a los compañeros o trabajar en equipo.
•
Cuando no comparte las ideas, metas o valores del grupo de trabajo o la
empresa.
•
Experimenta sentimientos de miedo o culpa cuando no ha cumplido algo que
debería haber hecho.
•
No es capaz de compartir sus preocupaciones o miedos sobre su vida laboral con
su pareja, familia o amigos.
•
No descansa lo suficiente cuando está cansado.
•
No encuentra otro empleo cuando desea cambiarlo
•
Tiene problemas familiares, económicos, etc.
Algunas de las variables
sociodemográficas estudiadas son:
•
La edad aunque parece no influir en la aparición del síndrome se
considera que puede existir un periodo de sensibilización debido a que habría
unos años en los que el profesional sería especialmente vulnerable a éste,
siendo estos los primeros años de carrera profesional dado que sería el periodo
en el que se produce la transición de las expectativas idealistas hacia la
practica cotidiana, apreciándose en este tiempo que tanto las recompensas
personales, profesionales y económicas, no son ni las prometidas ni esperada,
por lo tanto cuanto más joven es el trabajador mayor incidencia de burnout
hallaremos.
•
El sexo el burnout tiende a ser más frecuente en la mujer,
relacionándose con la doble carga laboral (tarea profesional y familiar) y el
tipo de enlace afectivo que puede desarrollarse en el ambiente laboral y
familiar.
•
El estado civil, aunque se ha asociado el Síndrome más con las personas
que no tienen pareja estable, tampoco hay un acuerdo unánime. Parece que las
personas solteras tienen mayor cansancio emocional, menor realización personal
y mayor despersonalización, que aquellas otras que o bien están casadas o
conviven con parejas estables En este mismo orden la existencia o no de hijos
hace que estas personas puedan ser más resistentes al síndrome, debido a la
tendencia generalmente encontrada en los padres, a ser personas más maduras y
estables, y la implicación con la familia y los hijos hace que tengan mayor capacidad
para afrontar problemas personales y conflictos emocionales; y ser mas
realistas con la ayuda del apoyo familiar.
PREVENCIÓN
A este síndrome se le puede hacer
frente más fácilmente en la fase inicial que cuando ya está establecido. En las
primeras fases es posible que los compañeros se den cuenta antes que el propio
sujeto, por lo que amigos, compañeros o superiores suelen ser el mejor sistema
de alarma precoz para detectar el Burnout y por lo tanto todos los
profesionales del equipo tienen que darse cuenta que son ellos mismos los que
representan la mejor prevención de sus compañeros.
Como método preventivo, existen
diferentes técnicas:
•
Brindar información sobre el síndrome del Burnout, sus síntomas y consecuencias
principales para que sea más fácil detectarlo a tiempo.
•
Vigilar las condiciones del ambiente laboral fomentando el trabajo en equipo.
•
Diseñar e implementar talleres de liderazgo, habilidades sociales, desarrollo
gerencial, etc. para la alta dirección.
•
Implementar cursos de inducción y ajuste al puesto y a la organización para el
personal de nuevo ingreso.
•
Anticiparse a los cambios brindando talleres que contribuyan a desarrollar
habilidades, conocimientos y estrategias para enfrentarse a éstos.
INTERVENCIÓN
El síndrome de burnout afecta
muchas áreas de la vida, por lo que es importante que las intervenciones
consideren tres niveles:
•
A nivel individual: considerar los procesos cognitivos de auto
evaluación de los empleados, y el desarrollo de estrategias cognitivo- conductuales
que les permitan eliminar o mitigar la fuente de estrés, evitar la experiencia
de estrés, o neutralizar las secuencias negativas de esa experiencia para
adaptarse a las circunstancias.
•
A nivel grupal: potenciar la formación de las habilidades sociales y de
apoyo social de los equipos de trabajo.
•
A nivel organizacional: eliminar o disminuir los estresores del entorno
organizacional que dan lugar al desarrollo del síndrome.
Estrategias de Intervención
Individual buscan fomentar la adquisición de algunas técnicas que aumenten
la capacidad de adaptación del individuo a las fuentes de estrés laboral.
Se clasifican en:
•
Técnicas fisiológicas
•
Técnicas conductuales
•
Técnicas cognitivas.
Las Técnicas Fisiológicas:
están orientadas a reducir la activación fisiológica y el malestar emocional y
físico provocado por las fuentes de estrés laboral. Dentro de éstas se
encuentran la relajación física, el control de la respiración y el biofeedback,
entre otras.
Las Técnicas Conductuales: buscan
que el sujeto domine un conjunto de habilidades y comportamientos para el
afrontamiento de problemas laborales. Entre ellas se encuentran el
entrenamiento asertivo, el entrenamiento en habilidades sociales, las técnicas
de solución de problemas y las de autocontrol. Las Técnicas Cognitivas: tienen
como objetivo mejorar la percepción, la interpretación y la evaluación de los
problemas laborales y de los recursos personales que realiza el individuo.
Entre ellas encontramos la reestructuración cognitiva, el control de
pensamientos irracionales y la Terapia Racional Emotiva.
Estrategias de Intervención
grupal tienen como objetivo romper el aislamiento, mejorando los procesos
de socialización. Para ello es importante promover políticas de trabajo
cooperativo, integración de equipos multidisciplinarios y reuniones de grupo.
Se ha constatado que el apoyo social amortigua los efectos perniciosos de las
fuentes de estrés laboral, e incrementa la capacidad del individuo para
afrontarlas.
Estrategias de Intervención
organizacional se centran en tratar de reducir las situaciones generadoras
de estrés laboral. Modificando el ambiente físico, la estructura
organizacional, las funciones de los puestos, las políticas de administración
de recursos humanos, etc., con el propósito de crear estructuras más
horizontales, descentralización en la toma de decisiones, brindar mayor
independencia y autonomía, promociones internas justas que busquen el
desarrollo de carrera de los empleados, flexibilidad horaria, sueldos
competitivos, etc.
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